
Las tardes tienen esa serena cualidad de la ausencia, el crepúsculo enorme de un sol a medias nubes, las calles que evaporan pisadas y los ruidos mensajeros del tiempo. Así, entre las ocho de un cansado martes leo un libro en un café del centro, sólo media hora, treinta minutos de viaje por Benedetti, un día alguien me mostró a Benedetti y nunca pude olvidarlo (entiéndase la ambivalencia). El libro calma el hambre que siempre tengo, la sed que siempre tengo y el café es el médium que me contacta con las letras. Siempre el café es una excusa, siempre...Los hombres que entran observan extrañados a una mujer sola leyendo un libro con una taza de café, siempre es raro una mujer sola leyendo un libro con una taza de café, siempre es motivo para preguntas, elucubraciones, destellos de dudas. Pero estoy con Benedetti y "mi rostro de vos" y recuerdo la película "El lado oscuro del corazón" cuando el poeta comienza a recitar en la cola de un banco y todos los presentes reclaman porque es tan raro escuchar a alguien que recita un poema en medio de un acto tan cotidiano, como si poesía y vida no estuvieran unidas. Entonces se escucha un tango de fondo y el poeta camina por las calles repitiendo "tengo una soledad tan concurrida" y la imagen de la mujer se aparece en medio de todo, revolviendo la sopa con una cuchara tan sola, en un acto tan automático que da lástima.Escribo ahora en mi libretita secreta, he escrito tanto en estas páginas, he escrito desde que aprendí a escribir. Ahora es verde, otros años ha sido azul, otros, roja, café, negra, gris, es así como mi velador está lleno de colores que se quieren escapar por los cajones y yo peleo con ellos todas las noches para no dejarlos salir. Ha pasado la media hora, mi derecho a estar sola por treinta minutos, mi espacio para escribir en el único lugar posible: mi libreta. Lo demás es virtualidad y punto.Me voy al paradero con la luna en la boca y "mi rostro de vos".
ROSTRO DE VOS .
Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón. .
Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto y por sabor.
.
sin un temblor de más,
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
. Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna maldición .
Mis huéspedes concurren,
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor.
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
. Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres que buscan
a su hambre
miran y miran
y apagan la jornada.
. Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van,
no queda nada.
. Ya mi rostro de vos
cierra los ojos.
. Y es una soledad
tan desolada.
(Mario Benedetti)

Siempre somos raras las mujeres haciendo algo solas, de a poco hemos de sacudirnos los escombros y sembrar más misterios
ResponderEliminarun abrazo
Y es que habitamos
ResponderEliminareste solo mundo
tan concurrido
...
..
.