Me encanta esta canción.
Algún día recorreré las calles de París, mientras tanto, me conformo con "La Bohéme" de la calle El Rosal, dos copas de vino tinto, rosas blancas y dos amigos locos, locos de atar...
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A veces los ovillos se enredan y no encontramos el inicio ni el final. A veces, los hilos dejan espacios vacíos donde no hay tiempo, donde somos otros y la vida es un pájaro azul que transita el laberinto.
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