Ya sé como pica la abeja cuando muere,
porque la muerte es mostrar
las tripas frente al aire.
De poco a poco va entrando la lanceta
y la carne se pone mortecina,
de poco a poco recuerdo los dolores
y el veneno me cala la nostalgia...
A veces los ovillos se enredan y no encontramos el inicio ni el final. A veces, los hilos dejan espacios vacíos donde no hay tiempo, donde somos otros y la vida es un pájaro azul que transita el laberinto.